
Aquel tiempo de los discos dedicados me recuerda una época muy bonita de mi juventud. Yo vivía entonces en el pueblo.
En mi pueblo solo hay una iglesia pero muy bonita; tiene un retablo precioso. Junto a la iglesia había un salón muy grande. El párroco nos dejó el salón y nuestros padres hicieron como una sociedad, cada vecino pagaba una cuota y con ese dinero que recogían arreglaron el salón y compraron un tocadiscos, que es lo que había entonces, y le compraron discos. ¡Ah!, le pusieron nombre: "TELECLUB".
Entre los discos que compraron estaba la canción Gwendoline, que me gustaba muchísimo, sobre todo cuando la Bailaba con el chico que me pretendía y que hoy es mi marido.
Había otras también, como EL GATO QUE ESTÁ TRISTE Y AZUL de ROBERTO CARLOS, Y TUS MANOS EN MI CINTURA de ADAMO (entre otras...)
La verdad es que lo pasábamos muy bien entre las amigas, y cuando bailábamos el suelto, como antes se decía; canciones de los DIABLOS, FORMULA V, KARINA...
Conchi Díaz
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