Siempre que escucho la canción «¡Qué no daría yo!» por Rocío Jurado, recuerdo los años de mi niñez en el pueblo.
Creo que la letra no puede ser más acertada; pero en lugar del mar, una hermosa y verde campiña.
Recuerdo como nos reuníamos las amigas para cantar y bailar y como perdíamos la noción del tiempo, dando lugar a que nuestras madres nos tuvieran que llamar a gritos.
Igualmente, qué no daríamos por escuchar a nuestros padres, aquellos que no están entre nosotros.
También recuerdo con cariño a muchos amigos, que con el tiempo, y por diferentes motivos, has dejada de ver; pero que no los olvidaré.
Encarni Serrano
aguila que va volando y en el pico lleva un hilo,dámelo para coserme que el corazón tengo herido , que el corazón tengo herido , y las heridas me duelen. A Rocio la estoy llamando y no viene
ResponderEliminarEsperanza Castro