martes, 23 de diciembre de 2008

Cecilia. "Mi querida España"


El 2 de agosto de 1976, con mi maleta preparada para pasar las vacaciones en el pueblo, me dirigí a los Jardines de los Patos para coger el coche de Domingo. Era un taxi -un 1500 de 7 plazas- que compartían los que venían de Rute, generalmente a los médicos, y al que mi padre avisaba para ir o volver a Los Llanos de Don Juan.
Aunque no era la primera vez que hacía el viaje solo, ese verano -el primero después de la muerte de Franco- presentaba para mí muchas novedades. Para empezar, en lugar de llevar la bicicleta en la baca, para alivio de Domingo, llevaba en el macuto libros y discos. A mis 17 años, notaba que los cambios de los que se hablaba comenzaban a interesarnos a mis amigos y a mí.

Durante el viaje, en la radio dijeron que Cecilia había muerto en accidente de tráfico. Todavía recuerdo que la noticia me impresionó mucho; la muerte era algo que veía muy lejano, y Cecilia encarnaba, precisamente, esos cambios que todos esperabamos. Sus canciones hablaban, sin hacer mucho ruido, de una nueva mujer más libre e independiente, de ideas propias, que quería tomar las riendas de su vida. Y, cosa rara, gustaba a jóvenes y mayores; sería porque todos aceptaban que lo que decía en sus letras, con cara de modosita, iba a ocurrir inevitablemente.
Un ramito de violetas, Dama, dama...

Ese verano, para nosotros presentó otra novedad. Mi primo Antoñín vino de Málaga con una guitarra nueva y en la era de su abuelo (mi chache Antonio) pasábamos las noches -aquel cielo sí que tenía estrellas- atreviéndonos con las canciones de Serrat, Jarcha,... y, ¡cómo no!, Cecilia.
Y también por primera vez, ese verano nos acompañaban nuestra amigas que venían de Barcelona -¡cómo nos cambiaba la vida!-; pero eso es otra historia...
Miguel Delgado
¿Quieres recordar aquellos tiempos?


2 comentarios:

  1. ¡Qué cantidad de recuerdos me ha evocado la lectura de esta entrada!
    Si la memoria no me falla, aquella mañana de agosto estábamos Gregorio, Tano y yo en la estación de El Puerto de Santa María esperando un ferrobús que nos llevara a Rota. La noticia nos cayó como un jarro de agua fría.
    Aquel viaje no pudo ser más desastroso. Íbamos detrás de unas hermanas que vivían frente a Gregorio (en la acera de enfrente de la Avenida de Granada) y que apenas habíamos visto a través de un catalejo. Oímos que estarían en la playa y allá que fuimos en su busca. Recuerdo la sed, el hambre y sobre todo el intenso frío que pasamos durmiendo en la playa, sin más protección que unas toallas. A las chicas, ni las vimos, y si llevé cámara de fotos (algo muy probable dada mi afición) no la usé.
    El recuerdo que pervive de aquella aventura, a punto de cumplir los 18, fue la noticia que surgió de aquel pequeño transistor, la irreparable pérdida de una voz, de un ángel, con el que todos sentíamos que las cosas estaban cambiando.

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  2. "Mi querida España"fue un antes y un después de todos,en este país del cual me siento orgullosa de perteneser.
    En lo personal los mejores y mas difícil de mi vida,los mejores porque fue cuando vino mi hija al mundo, que fue lo mas grande para mi, lo mas dificil porque tuve que afrontar un reto muy difici en mi vida.Por esos motivos y laperdida de esa voz inconfundible y su hermosa poesia jamas la olvidare "Gracia Cesilia"

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